miércoles, 24 de julio de 2013

El amor más intenso


              

                                          Layla y Daniel se pertenecen el uno al otro, sólo que 
                                          todavía no lo saben... Están peligrosamente a punto de 
                                          caer en un remolino de placer y amor infinitos...


                                                        Y ni siquiera se lo imaginan...  

                                                                Capítulo 2


Layla

Layla se levantó cansada. No había dormido mucho a causa de los sueños que había tenido.
En ellos aparecía siempre Daniel. Pero por más que lo intentara no conseguía recordarlos. Por la noche habían sido tan vividos.
Ahora era un fugaz recuerdo de...su obsesión. Aunque, bueno, ella no quería llamarlo de ese modo.
Pero quizás era porque le costaba admitir que estaba enamorada.
No obstante, Layla sabía demasiado bien que así era. Estaba enamorada de Daniel, y tampoco le disgustaba.
Pero no sabía cuánto tiempo soportaría sin él. Tenía pensado intentar hablar con él. Tendría que saber cuánto lo amaba. Luego escogería.
Y quizás, solo quizás, él sentía lo mismo. O al menos algo parecido por ella.
Ese sentimiento la animó a hacerlo. Pero todavía no sabía cuándo hablaría con él.
Desayunó rápidamente y volvió a subir a su cuarto. Quería prepararse por si se encontraba con él en los pasillos.
Debía aprovechar que no había clases y que tendrían el día para ellos dos.
Pensó en encontrarlo por los pasillos como siempre pero al parecer él no estaba. Tras la puerta de su habitación probó suerte imaginándose a Daniel en el interior, pero el cuarto estaba en silencio… no había nadie.
-De acuerdo. Hablaré con el más tarde, cuando aparezca.-se dijo a sí misma.
Volvió a su habitación arrastrando los pies.
Se sentía tan sola. Solo era capaz de olvidar el pasado cuando estaba con él y ahora que Daniel había salido, se sentía sola.
Recordó su historia como si por un momento fuera de otra persona y pudiera pretender que ese gusto amargo que sentía no tenía nada que ver con los recuerdos que estaba volviendo poco a poco…
Sus padres habían perdido la vida. Y ella estaba completamente sola, ahora. Cuando finalmente acabara las clases en este internado donde podía conservar a Daniel cerca de alguna forma, ¿Qué haría?
En poco tiempo cumpliría la mayoría de edad, y entonces intentaría buscar algo mejor. Pero el nudo en el estómago y las lágrimas amenazando con caer en cualquier momento, no la hacían sentir mejor.
Quizás Daniel podría estar con ella, podría cuidarla y darle una vida mejor. Pero sentía que siempre estaba soñando y debía despertar.
Diapositivas de imagines que ella nunca había vivido le recordaban lo sola que había estado siempre. Había intentado ser fuerte y autosuficiente durante todos los años que había transcurrido, pero ahora que Daniel había entrado en su vida de forma permanente e inamovible estaba cansada de ser fuerte. Estaba cansada se ser autosuficiente y de no necesitar la ayuda de alguien más. Quería la ayuda y el amor de Daniel sólo para ella.
Bostezó, mientras empujaba los recuerdos al fondo de su mente.
Por la noche no había dormido mucho. Se había levantado más de una vez entre jadeos. El corazón iba rápido cada vez que se despertaba.
Quizás era por lo que había sentido la noche anterior, imaginando que era él quien estaba allí.
Se recostó en la cama mientras sus parpados se iban cerrando y sus pensamientos se retrasaban una vez más en Daniel. No estaba muy segura acerca de lo que deseaba hacer una vez se acabara las clases… Estaba cansada de que todo fuera tan fugaz y que después de todo solo quedara ella. Estaba cansada se su propia rutina y realmente necesitaba un cambio. Algo más…
Finalmente Layla cayó en la inconsciencia, durmiendo sin sueños.
La noche anterior le había pasado factura.
Durmió plácidamente esta vez. Y por fin se sintió más descansada que en mucho tiempo cuando despertó de repente en la oscuridad de su habitación. Se levantó repentinamente, fuera ya era de noche.
Tenía que hablar con Daniel.
Se apresuró al cuarto de baño, tomando consigo el neceser con sus cosas y se encerró en el baño.
Entro en la ducha relajando cada uno de sus músculos. El agua caliente resultaba increíblemente relajante y aprovechó el momento para disfrutar de la tranquilidad que le ofrecía el agua mientras cerraba los ojos y solo veía a Daniel…


Daniel

Daniel había salido todo el día. Tenía que alimentarse, y pensar.
Sí, eso. Necesitaba pensar. Porque cada vez que estaba cerca de Layla perdía por completo el control y sabía muy bien que una vez que volviera y estuviera cerca de ella, no podría pensar con claridad.
No podría ser coherente. Y necesitaba serlo, más que nunca.
Apenas llegara devuelta a sus habitaciones intentaría hablar con ella.
En ese momento mientras regresaba, le entró un temor frío que se alojó en el centro de su pecho… ¿Y si ella lo rechazaba? ¿Y si sentía algo por otra persona?... bueno esperaba en el fondo de su alma que no hubiese nadie más porque sentía un instinto emanar de él cada vez que pensaba en Layla estando junto a alguien más. No quería eso, no quería que volviera estar con nadie excepto él jamás…
La palabra Mía flotaba en su mente. La quería para él, quería cuidarla y asegurarse de que junto a él encontraría protección y calor.
Pero lo sentimientos no serían fáciles de sobrellevar si resultaba que ella no deseaba saber nada de él… ¿y si simplemente era su amigo?
Daniel sacudió la cabeza.  Para ya con eso.
No le sorprendió cuando una imagen apareció en su mente, dispuesta a llevarse todo el autocontrol que estaba intentando conservar.
Layla yacía en su cama, justo a su lado y a través de sus labios entreabiertos podía vislumbrar unas pequeñas y hermosas puntitas blancas que formaban los colmillos de Layla. Su sonrisa era completa mientras lo miraba con ojos enamorados.
Por segunda vez durante esa noche Daniel sacudió la cabeza intentando quitarse la imagen de Layla como vampiro. ¿En qué estaba pensando? ¿Acaso también guardaba esperanzas de compartir la eternidad junto a ella?

Sin embargo, fuera cual fuera el resultado Daniel le contaría toda la verdad. Es lo menos que se merecía. Debía contarle sus sentimientos pero además también necesitaba confesarle su verdadera naturaleza así como sus hábitos alimenticios… por decirlo de una manera sutil.
Daniel rio sin alegría. Sentía la voz ronca. El hecho de mostrarle que era un vampiro lo estaba volviendo loco. Layla podría aceptar estar con él… Pero ¿Y qué ocurriría cuando se enterara de que él era una criatura del noche, un ser diferente a los de su especie? Le costaba mucho imaginarla aceptando aquello… Desde luego que sí…

Estaba claro que en ese momento no estaba siendo la alegría de la fiesta. Debía dejar de ser pesimista y ser fuerte por ella.
Le diría que estaba preparado, que tardó por miedo a dañarla pero ahora estaba seguro de que podía protegerla y no dañarla…
Le contaría quien era él. Y rezaría. Rezaría para que ella no saliera espantada.
Intentaría mostrarle que seguía siendo el mismo. Que él la amaba por encima de todo.
Le mostraría el placer si ella lo aceptaba, y el tiempo decidiría si ella conocería placeres que jamás ha sentido.
Lo que sentiría con el beso de un vampiro. Cuando ellos se alimentaban, los humanos no sentían dolor. Sino todo lo contrario.
Arrastro esos pensamientos fuera de su mente. Si aquello ocurría crearía un lazo entre ellos que sería irrompible.
Sin embargo, nunca bebería de ella por necesidad. No borrándole la memoria de los últimos minutos una vez que él hubiera acabado.
Jamás tomaría más de lo que él le diera. O de lo que ella permitiera.
Y si eso era nada, pues nada sería. 
Entró en el edificio rápidamente, no aguantaba más. Había pasado todo el día fuera, reflexionando y alimentándose. Quería estar fuerte para ella.
Estaba completamente empapado por la lluvia, por lo que se cambió apresuradamente con unos pantalones holgados y un suéter de cuello vuelto que se ajustaba perfectamente a la silueta de su pecho.
Salió de la habitación con aire majestuoso y se preguntó cómo había ido el día de ella… se moría de ganas por verla y poder abrazarla.
Caminó hasta su puerta, encontrándola justo al lado de la suya. Daniel se quedó quieto atisbando levemente el aroma de Layla bajo la puerta. Se deleitó momentáneamente con su olor y tocó despacio la puerta de su habitación, pero nadie contestó.
Volvió a intentarlo pero nada. Aunque él sabía con seguridad que ella estaba dentro del cuarto, en alguna parte.
El aire dentro del cuarto llegaba débilmente desde debajo de la puerta. Su esencia estaba concentrada. El aroma de Layla lo atontó un poco. No había nada mejor que aquel olor, nada que se le comparara. Solo de pensar en lo que podría ser besarla y probarla…  
Volvió a golpear y en esta ocasión entreabrió la puerta...
No había nadie en el cuarto. Sin embargo, ella estaba en el cuarto de baño, duchándose.
Daniel podía oír como el agua llegaba al suelo después de recorrer toda su figura. Esa era la razón por la cual su aroma estaba tan concentrado y húmedo.
Normalmente la hubiera dejado sola. Pero ahora no. No cuando estaba dispuesto a hablar con ella.
Esperó pacientemente sentado en la cama. Había estado tantas veces en aquella habitación.
Las sábanas negras con las que él soñaba cubrían la cama. Daniel se las había regalado, ya que el edredón que cubría las camas del internado no eran nada bonitas. Él tenía las mismas sábanas en su dormitorio… ¿Cuántas veces él la había imaginado acostada a su lado?
Respiró hondo, pero eso no sirvió de nada.
Su aroma estaba por todas partes, y aunque lo adoraba, no conseguía pensar con claridad. 
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
ahissssssss! jajaaj veremos lo que pasa COMENTEN!

4 comentarios:

  1. Paloma, paloma, paloma.....

    COMO SE TE OCURRE DEJARLO HASTA ALLI?!?!?! Estaba demasiado bueno el capi y tu lo terminaste :(

    Esperare al próximo capi, ansiosa. Besos, amiga.

    ResponderEliminar
  2. jajaja es bueno dejar con un poco de intriga!! jajaja no falta mucho para el siguiente!! un beso angy y muchas gracias!

    ResponderEliminar
  3. Jajajaja ok :D por cierto, mi otro blog ya esta listo ;) solo falta instalarle el cbox, pero ya olvide como se hacia, me ayudarías???

    ResponderEliminar